Ángela Cienfuegos se viste de pájaro. Volar desde su nido a los lugares remotos es uno de sus hábitos favoritos. Cuelga sus grandes ojos grises irisados sobre la nuca y salta a la calle con su aleteo eufórico, con sus manos alas que precipitan su impulso sobre las nubes en un balanceo instantáneo... deprisa, deprisa, abajo, arriba, abajo… su corazón palpita... Vuela Ángela Cienfuegos… vuela… y se come el aire fresco a bocados, pan recién cocido. Vuela alto al compás de su bajito canto... La sonrisa de Ángela se despliega como un arco iris en mitad de la tarde... es un pichón cosmopolita.
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