Nunca pudo Ángela Cienfuegos abstraerse de ese sonido mágico del mar. Su mirada se tiñe de azul, transparente, ruge como las olas en su líquida marea. Se vuelve navegante sin timón y deja que la inercia eyaculé en la cresta interior de su península. No importa entonces que los lagos se estrechen… en su fondo siempre quedan los depósitos salinos que una vez arrastraron los mares. Rotula Ángela un dique que retenga ese agua que a veces se evapora en la salinidad de las lágrimas que húmedas pelearon sueños… entonces se adentra en su botella de naufrago para parirse de nuevo. Femenina de temporal, se emborrachará Ángela de la sed del partido vaso que zozobra y liquidará todo el excremento del lamento que ahogaron las palabras dormidas… todos callan: está pasando el mar por su pecho.... Silencio.
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4 comentarios:
Si le dejamos, el mar refresca y lava la memoria, le infunde vida con el yodo, para que no rechinen sus huesos, nos habla bajito y confidente, nos guarda todos los acertijos. Cuando le dejamos, el mar sabe llegar al lugar de su nacimiento y dejarse caer por los lagrimales, para que nos curemos.
Un besito salado, Ángela
Imagino a Angela dentro de una botella naufrada en el mar, imagino el mar creando el oleaje justo a la orilla de Angela,
y los trozos de vidrio no hieren a la recien nacida de cualquier parte, reforzada a un nuevo material, creando una nueva reforma de sus letras, dilucidando mareas en el interior de sus enormes rasgaduras
Me ha encantado, Angela!
Un beso arido,
Ines
¿Los cuadros son tuyos? Son muy bonitos, con ese estilo que recuerda a Dalí^^
Un besote,
Mun
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